Spider-Man #236: Peleas familiares
Spider-Man #236 es uno de los últimos números de Brian Michael Bendis antes de irse de Marvel. Recordemos, el protagonista no es Peter Parker, es Miles Morales, otro Spider-Man (larga historia). Digamos que la tapa es engañosa: podría parecer que Lana se vuelve contra Spider-Man, pero no, es solamente la tapa.
Ganke finalmente tiene su primera cita con Danika, la loca de Youtube que sube videos de Spider-Man, y tienen su primer beso. Ella sabe que él es amigo de Spider-Man, y nada más, el resto es secreto. Salvo que cuando uno tiene una cabecita de enamorado hace muchas tonterías, como decir al pasar que Miles es un gran amigo... ¡uy!
Se reencuentran Lana y Lori, madre e hija. Lori le plantea que ella es la madre, y hasta que Lana cumpla 18 tiene que hacer lo que ella diga. Es decir, acompañarla a cometer crímenes. Lindo planteo, pero no creo que le sirva de mucho: hasta donde sé, obligar a menores a cometer delitos es en sí mismo un delito, y lo único que lograría sería que le den una condena todavía más larga cuando la metan presa de nuevo (porque eso va a pasar tarde o temprano, hay docenas de superhéroes que pueden derrotarla en menos de 5 segundos). Lana se niega: Lori tendrá la patria potestad, pero ella tiene un Spider-Man. El problema es que Lori también tiene uno. Y ahí se arma todo el despelote.
Sandman y Electro (Francine Frye) revisan el hellicarrier que Aaron quería robar, y confirman que está vigilado. Sandman le cuestiona a Francine esa cosa de tratar de asumir la identidad de un personaje ridículo y perdedor como Electro.
Normalmente, Bendis le habría dejado claro a Miles que el Iron Spider es alguien que lo conoce, y habría terminado la pelea ahí, dejando que se coma el coco con las dudas de quién podrá ser. Pero como está por irse a DC, aceleró un poco los tiempos: al final de la pelea, Miles le saca la máscara y ve que es Aaron. Obviamente continuará.
Ganke finalmente tiene su primera cita con Danika, la loca de Youtube que sube videos de Spider-Man, y tienen su primer beso. Ella sabe que él es amigo de Spider-Man, y nada más, el resto es secreto. Salvo que cuando uno tiene una cabecita de enamorado hace muchas tonterías, como decir al pasar que Miles es un gran amigo... ¡uy!
Se reencuentran Lana y Lori, madre e hija. Lori le plantea que ella es la madre, y hasta que Lana cumpla 18 tiene que hacer lo que ella diga. Es decir, acompañarla a cometer crímenes. Lindo planteo, pero no creo que le sirva de mucho: hasta donde sé, obligar a menores a cometer delitos es en sí mismo un delito, y lo único que lograría sería que le den una condena todavía más larga cuando la metan presa de nuevo (porque eso va a pasar tarde o temprano, hay docenas de superhéroes que pueden derrotarla en menos de 5 segundos). Lana se niega: Lori tendrá la patria potestad, pero ella tiene un Spider-Man. El problema es que Lori también tiene uno. Y ahí se arma todo el despelote.
Sandman y Electro (Francine Frye) revisan el hellicarrier que Aaron quería robar, y confirman que está vigilado. Sandman le cuestiona a Francine esa cosa de tratar de asumir la identidad de un personaje ridículo y perdedor como Electro.
Normalmente, Bendis le habría dejado claro a Miles que el Iron Spider es alguien que lo conoce, y habría terminado la pelea ahí, dejando que se coma el coco con las dudas de quién podrá ser. Pero como está por irse a DC, aceleró un poco los tiempos: al final de la pelea, Miles le saca la máscara y ve que es Aaron. Obviamente continuará.
Comentarios
Publicar un comentario